Inmersos en plena primavera, nuestra huerta ya va viento en popa y aún nos estamos planteando ciertos cultivos que son interesantes para sembrar durante esta época. Uno de estos cultivos, agradecido y delicioso, es el de los fresones, una planta perenne que, una vez sembrada, podemos tratarla como anual o cultivar la misma planta durante 2 o 3 años.
Hoy, en el blog de Rocalba, abordamos los cuidados del cultivo de los fresones, sus particularidades y los pasos para conseguir, ya sea en suelo o en maceta, una productiva y deliciosa cosecha.
El fresón: el fruto que no es tal
¿Sabías que el fresón no es realmente un fruto? Las fresas y fresones (Fragaria x ananassa) pertenecen a la familia de las Rosaceas. Por ejemplo, los rosales o los manzanos pertenecen a la misma familia.
Y en el caso del fresón, este, en lugar de ser un fruto es realmente un eterio, es decir, un receptáculo floral engrosado y carnoso compuesto por pequeños frutos, que son los puntitos que observamos en el fresón. El fresón es pues una deformación del tallo perteneciente al grupo de las infrutescencias, una serie de frutos que nacen juntos y parecen conformar una fruta completa.
La planta es, además, estolonífera, con lo que sus tallos, que se extienden de manera lateral, pueden generar raíces, arraigando en el suelo y generando un nuevo arbusto (los cuales adquieren el nombre de estolones).
Siembra del fresón: suelo y marco de plantación
La siembra de los fresones se realiza en primavera y verano, preferentemente en suelos algo arenosos o que permitan un buen drenaje y en los que no se produzcan acumulaciones de agua.
¿Qué sustrato es el ideal para sembrar fresones? con una mezcla de sustrato universal con un 20% de arena y un 10% de abonos orgánicos compostados (turba, guano, hummus de lombriz, etc.) será suficiente para que puedan crecer nuestros fresones, ya que necesitan de presencia de materia orgánica en el suelo para desarrollarse. Este aporte de nutrientes debe realizarse antes del trasplante.
Es preferible, si el tiempo aún no es muy estable, sembrar en semillero, entre dos y cuatro semillas por cada uno. Un consejo útil para favorecer la germinación es poner las semillas unos días en la nevera antes de ponerlas en el semillero. Las plantas de fresón suelen tardar una media de unos 30 días en germinar, así que si no has comenzado aún el proceso ¡te animamos a hacerlo cuanto antes!
Una vez contemos con las semillas en el semillero, debemos mantenerlas a una temperatura media de unos 20°C hasta que hayan desarrollado 4 o 5 hojas verdaderas, momento en el que podemos realizar un repicado previo al trasplante.
Cuando tengas tus plantitas listas para trasladar a su hogar definitivo, debes de prestar atención al marco de plantación, dejando una distancia entre filas de al menos 50-60 cm, con una separación de cada mata de un mínimo de 30 cm. Estas largas distancias se deben a que sus tallos pueden llegar a ser bastante largos, y por ello, necesitan espacio para desarrollarse.
Lo ideal con los fresones, al ser perennes, es situarlos en un margen de la huerta, para que no interfieran con nuestros cultivos de temporada.
Cuidados básicos del fresón: exposición, riego y poda
Los fresones crecen a pleno sol, pero protegidos del viento y de las inclemencias del frío. Por eso, muchos cultivos suelen realizarse en invernaderos.
Puedes situar las plantas en zonas donde reciban una buena cantidad de luz solar y que, además, estén relativamente protegidas: el fruto cuajará siempre y cuando la temperatura se encuentre en torno a los 15ºC.
El riego debe ser moderado-alto, manteniendo la humedad del sustrato pero evitando encharcamientos, y para ello es necesario que drene adecuadamente el agua. Si tenemos los fresones en un macetero o jardinera, debemos que asegurarnos de que el riego se distribuye bien en el tiesto y que, además, drena adecuadamente permitiendo la oxigenación de las raíces.
Los fresones deben podarse en invierno, cuando la planta está en parada vegetativa invernal. ¿El objetivo? mantenerlas saludables unos años y lograr buenas cosechas cada uno de ellos. Para la poda, tendrás que eliminar los tallos secos, las hojas y las flores. Cortando los estolones se produce una renovación de la planta en primavera, lo que permite que vuelva a producir.
En cuanto a las posibles plagas que se pueden presentar, destacamos el pulgón, los trips y la araña roja, así como enfermedades fúngicas como oídio y el mildiu, debido en muchas ocasiones al exceso de riego.
¿Has probado alguna vez a sembrar fresones en tu huerta?